No nos debería de sorprender la operación «Fast and Furious» encabezada, supuestamente, por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos, que desde 2009 se encargó de liberar «1,998 armas [en territorio mexicano] de las cuales 233 fueron adquiridas por sospechosos y 797 fueron recuperadas. A la fecha más de 1,500 artefactos han sido compradas desde entonces con un valor que sobrepasa el millón de dólares». El objetivo de este operativo consisitió en introducir armas a México a manera de «señuelo» con la intencion de desmantelar las células del crimen organizado y el narcotráfico. Sin embargo, de acuerdo al agente John Dodson, desde el inicio de la operación “no ha pasado nada, estamos monitoreando a los mismos compradores, comprando las mismas armas a los mismos vendedores, con igual tasa de crecimiento pero no estamos deteniendo a ninguno de ellos” (Langer, 2011).
Ahora bien, ¿por qué no nos debería de soprender? Porque desde mi perspectiva forma parte del proyecto integracionista de Estados Unidos que consiste, por un lado, en consolidar una nueva estructura militar que coadyuve a reactivar su economía; por el otro, para «asegurar su hegemonía económica y comercial en el Continente Americano»(Sandoval, 2005). Situación que tampoco es nueva, desde el siglo XIX Estados Unidos se aprecia por una política expansionista, imperialista y colonialista no sólo en México sino también en los países latinoamericanos y de Medio Oriente, ya sea mediante enfrentamientos armados o mediante el establecimiento de tratados de libre comercio (como el NAFTA o el Área de Libre Comercio de las Americas, ACLA) que dudosamente se llevan a cabo al pie de la letra, beneficiando exclusivamente a la industria estadounidense.
Por otro lado, tampoco no nos debería de sorprender que justo sea en Phoenix desde donde se planeó la Operación Rápido y Furioso puesto que Arizona es uno de los estados que conforman la región conocida como el Cinturón del Sol (Sun Belt), «la cual se ha convertido en la región industrial más importante de la Unión Americana, principalemte en el estado de California. [El resto de los estados que conforman esta región son Alabama, Florida, Georgia, Louisiana, Mississippi, New Mexico, South Carolina, Texas, Arkansas, North Carolina, Nevada, Virginia.]
De acuerdo a Juan Manuel Sandoval, «Esta franja fronteriza ha devenido en la principal región industrializada de ese país, lo cual la convierte, junto con la franja fronteriza norte de México, en un área geoestratégica de primera importancia para el proyecto estadounidense de integracion económica regional, comenzando por sus dos vecinos inmediatos, Canadá y México» (Sandoval 2005). En este sentido, puedo afirmar que dicha Operación no es nada nuevo bajo el sol, incluso me pregunto porqué no se planeó antes. Lo que sí me sorprende es precisamente que el gobierno mexicano se quede callado.
¿Qué gana el gobierno mexicano con la Operación Rápido y Furioso? ¿O será verdad que ni el gobierno de Obama ni el gobierno de Calderón estaban enteredos de esta Operación? En caso de que fuera así, ¿qué implicaciones tiene esta situación en la relación binacional y, sobre todo, en el guerra de Calderón?
Fuentes:
Langer, Ana. «Rápido y Furios afecta relaciones». El Economista. México, 08 de marzo de 2011. http://eleconomista.com.mx/sociedad/2011/03/06/rapido-furioso-afecta-relaciones
Sandoval, Juan Manuel. «La ‘Nueva Gran Estrategia’ estadounidense para el Continente Americano». En La hegemonía estadounidense después de la guerra de Irak. México: Plaza y Valdes, 2005, pp. 101-122.
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