Aportes de los estudios fronterizos a la filosofía

Las posibilidades de estudiar la frontera son amplísimas. Particularmente cuando se trata de distinguir entre límite y frontera. Dos categorías que en la filosofía se han estudiado con enfoques disímiles e incluso aluden a campos de conocimiento distintos en términos epistémicos y ontológicos. Ahora bien, ¿qué tanto pueden abonar los estudios fronterizos a la filosofía? Proponer epistemologías fronterizas es precisamente el interés de ahondar en la relación poco explorada entre filosofía y frontera:

“Only a small number of philosophers are engaged in border studies, while only a few border scholars turn to philosophy in their research. This is surprising considering the vast thematic overlaps between them” [Son pocos los filósofos que se dedican a los estudios fronterizos, mientras que sólo unos pocos investigadores de las fronteras recurren a la filosofía en sus investigaciones. Esto es sorprendente considerando las enormes superposiciones temáticas entre ellos] (Tinning, 2020: 173)[1].

Una relación fructífera, de ida y vuelta, si consideramos que cada vez son más los gobiernos que se empeñan en cerrar las fronteras territoriales en el mundo y es cada vez mayor el reto de contar con un pensamiento fronterizo que incorpore otros saberes y afectos.

Para dar cuenta del aporte de los estudios fronterizos a la filosofía conceptualicé el modelo epistemológico de la frontera. Un contra-método teórico, metodológico, de escritura, que da cauce a nuevas epistemes, donde lo ontológico y lo estético asumen un papel preponderante en la alusión, la enunciación y la narrativa fronteriza. Este enfoque de análisis multidisciplinar configura tanto una sociología del conocimiento, que interpretaba a las comunidades desde sus propias condiciones empíricas, como una ontología-social que, sin seguir un orden racional discursivo, reivindicó el reconocimiento del otro.

El modelo epistemológico de la frontera consta de cuatro momentos que consisten en: 1) Identificar las zonas de convivencia fronteriza (fronteras geopolíticas) en las que realizo observación participante. 2) Componer (a manera de partitura) las categorías de frontera con base en la literatura existente y en la observación participante realizada en diferentes regiones y continentes. 3) Proponer la ontología del espacio diegético. 4) Proponer la escritura fronteriza, el «entre» de lo real y lo ficcional, que denomino filosofía ficcional[2]. Por cuestiones de espacio no es posible desarrollar cada uno de estos momentos, pero sí voy a enunciar las conclusiones a las que he llegado después de utilizar el modelo epistemológico de la frontera en diferentes contextos, regiones y continentes (América, Europa, Asia y África):

  • Las fronteras no son fijas ni estáticas, son plásticas y artificiales.
  • Las fronteras no son entes inertes, posibilitan la existencia de zonas de convivencia fronteriza (muchas de ellas en limbo administrativo).
  • No todas las fronteras son exteriores, también observamos fronteras internas (espacio Schengen en la Unión Europea o las que impone el gobierno israelí a la población palestina).
  • Las fronteras no solo dan cuenta de la movilidad humana también propician un intercambio, interpretación, traducción de modos de existencia.
  • Las fronteras son un laboratorio del tecno-capitalismo.
  • La frontera es la (im)posibilidad del encuentro dialógico con lo otro.
  • La frontera como aporía difiere, desplaza, desmenuza el «entre».
  • La frontera es un objeto ficcional.

Los aportes teóricos y metodológicos que presenta la filosofía para estudiar las fronteras (en general) permiten dar cuenta del potencial epistemológico, estético y ontológico. Un potencial que nos exige visualizar otros escenarios de lo que está por venir en este siglo XXI, no solo en términos del orden mundial, la geopolítica, los conflictos armados, también en función de otras éticas, estéticas, ontologías; otros hábitats, como los que observamos, aunque desconozcamos su funcionamiento o los que todavía no alcanzamos a imaginar, con la inteligencia artificial, el diseño genético, los ecosistemas en mutación, resultado del cambio climático, e incluso las fronteras más allá de la Tierra.

Es importante mencionar que la metodología de investigación filosófica que propongo es una herramienta más del análisis de las fronteras, no es la única e incluso muchos pensarían que no es la más adecuada por carecer, precisamente, de una metodología cuantitativa o de resultados comprobables, como se acostumbra en las ciencias sociales, no así en filosofía o teoría literaria. Por otro lado, si bien es cierto que en muchos casos la investigación filosófica es exclusivamente biblio-hemerográfica, lo cierto es que como parte de mi quehacer filosófico incorporo en la praxis, además de algunas herramientas de las ciencias sociales, específicamente la observación participante, la perspectiva analítica del nuevo realismo que me permite, a partir de la experiencia estética-ontológica de viajar a las fronteras, olerlas, tocarlas, platicar con la gente, cruzarlas de ida y vuelta, cuando es posible, invertir la mirada jerárquica del sujeto sobre el objeto. De aquí que el modelo epistemológico de la frontera en sí mismo consiste en el entre de las fronteras disciplinares: una posibilidad más de análisis.


[1] Existen varios centros, grupos y proyectos de investigación, principalmente en universidades europeas donde se puede constatar el auge de los estudios críticos de frontera y de los estudios culturales de frontera, como por ejemplo el Nijmegen Centre for Border Research (NCBR) de Países Bajos y el UniGR-Center for Border Studies (UniGR-CBS), de la University of the Greater Region, que está conformado por distintos grupos de investigación pertenecientes a diferentes universidades de la región europea occidental. También está el proyecto de investigación Euroborderscapes (2016) en donde también participaron académicos de muy distintos perfiles y países de la región incluyendo incluso universidades de países no miembros de la Unión Europea. De igual forma, existe mucha literatura al respecto, recomiendo el libro Debating and Defining Borders. Philosophical and Theoretical Perspectives (Cooper y Tinning, 2020). 

[1] En las universidades o centros de investigación en México, Centroamérica, América del Sur, la apertura académica que permita ahondar en la relación entre filosofía y frontera o frontera y estudios críticos, sin que esté atravesada por la migración, empieza a vislumbrarse a cuentagotas, aunque todavía no existe una intención clara en los departamentos de filosofía para incorporar el estudio de las fronteras y los límites en sus planes de estudio o en sus investigaciones.

[2] La primera conceptualización del modelo epistemológico de la frontera es de 2014 y desde entonces he ido modificando tanto la propuesta primera, como añadiendo aspectos de análisis. En una reciente publicación, todavía en prensa, hago una presentación del modelo con las últimas modificaciones.


Cómo citar:

Rodríguez Ortiz, R. (Junio 17, 2025) . Aportes de los estudios fronterizos a la filosofía roxanarodriguezortiz.com https://roxanarodriguezortiz.com/2025/06/17/aportes-de-los-estudios-fronterizos-a-la-filosofia/

Descubre más de Roxana Rodríguez Ortiz

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo