Preguntas sin responder sobre los #43 normalistas desaparecidos: dónde están, están vivos, por qué los desaparecieron, quiénes los desaparecieron… preguntas que posiblemente no podremos contestar porque no tenemos la información suficiente para hacerlo, no así la capacidad para empezar a promover las hipótesis que quizá nos puedan llevar a un punto de inicio.
Si bien es cierto que el tema de los desaparecidos en toda América Latina es una herida abierta para nuestras sociedades, también lo es el hecho que cada país tiene su propia historia y su propia lucha, quizá el ejemplo más entrañable es el de las madres de Mayo; ejemplo de resistencia que se ha copiado en otros países debido a situaciones igualmente dolorosas, como el caso de las madres de Juárez o el de las madres centroamericanas. Todas ellas tienen en común que buscan a sus hijos e hijas desaparecidas. Desaparecidas hasta que los gobiernos entreguen los cuerpos o hagan pública su responsabilidad institucional ante tales faltas y violaciones dada la inexistencia de un estado de derecho. A estos colectivos, ahora se suman los padres de Ayotzinapa. Si tomamos los últimos tres casos, los casos que conciernen a México, encontramos situaciones similares: no solo no se han encontrado a los culpables sino que el gobierno ha dejado de buscarlos o los han ayudado a salir del país.
Ante tales escenarios solo nos queda construir nuestros propios escenarios y quizá cambiar las preguntas: ¿qué pierde quien desaparece a normalistas? ¿Qué pierde quien mata a migrantes? ¿Qué pierde quien asesina mujeres? Al formular así las preguntas asumimos que puede ser poder o dinero. Si es poder concierne a quienes bajo su titularidad institucional usurpan el poder: gobernantes corruptos; si es dinero concierne a los gobernantes corruptos, a los empresarios nacionales y transnacionales, o al crimen organizado.
Al revisar los dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto sorprende la celeridad con que se han firmado tratos internacionales, se han aprobado reformas estructurales (educativa, energética y de telecomunicaciones) y ha aumentado el número de desaparecidos. ¿Es coincidencia o tienen algo en común estos hechos? Al analizar la reforma energética, por ejemplo, uno de los puntos más oscuros es la apropiación de las tierras comunales a nombre del gobierno, las cuales serán usufructuadas por la(s) empresa(s) transnacional(es) a la(s) que se le(s) otorgue el «permiso» de extracción (http://reformas.gob.mx/reforma-energetica/que-es?utm_source).
Si revisamos los tratados internacionales, y cruzamos la información, encontraremos no solo grandes coincidencias, sino también nombres en común. Según datos de El Economista: «En casi año y medio de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (PRI) han sido aprobados, al menos, 47 instrumentos internacionales. De los tratados, acuerdos y convenios de cooperación ya avalados o publicados, 66% lo heredó de su antecesor, Felipe Calderón». De éstos, sorprende el referente al comercio de armas, acuerdo con China y la expansión regional, específicamente Asia-Pacífico (recalco en letras oscuras):
Entre los instrumentos internacionales que propuso y que ya le fueron avalados al presidente Peña, se encuentran un Tratado sobre el Comercio de Armas, firmado en Nueva York en abril del 2013; así como el retiro de una reserva formulada al instrumento de ratificación de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, derivado de la sentencia de la Corte Interamericana en el caso Radilla, respecto de que la desaparición forzada no debe ser competencia de la justicia militar en México.
Por otra parte, entre los 31 instrumentos que envió Calderón al Congreso y que aprobaron ya en la administración de Peña Nieto está un acuerdo con China sobre Asistencia Administrativa Mutua en Asuntos Aduaneros y un acuerdo con Hong Kong para Evitar la Doble Imposición y Prevenir la Evasión Fiscal en Materia de Impuestos sobre la Renta.
Una de las líneas de acción del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 del gobierno peñista es integrar a México en los nuevos bloques de comercio regional, a efecto de actualizar los tratados de libre comercio existentes y aprovechar el acceso a nuevos mercados en expansión, como la región Asia-Pacífico y América Latina.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/sociedad/2014/05/18/herencia-66-acuerdos-firmados
Ahora bien, si cruzamos la información anterior con el intento frustrado de otorgar la concesión de la construcción del tren México-Queretaro a empresas mexiquenses, cuyos dueños tienen vínculos cercanos a Peña Nieto, nos percatamos de las coincidencias que existen entre los tratados firmados y esta supuesta concesión que desde su licitación tenía nombre y apellido:
El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, revocó por la noche el fallo de la licitación ganada por el consorcio chino-mexicano para construir el Tren de Alta Velocidad (TAV) México-Querétaro, que implicaba una inversión de 58,951.5 millones de pesos.
A cuatro días de haberse anunciado al ganador y único postor, liderado por China Railway Construction Corporation (CRCC) dos filiales y tres constructoras mexicanas: Teya, GIA y Prodemex, para desarrollar el proyecto, la decisión fue anunciada en una entrevista por el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza.
“El señor presidente desea que este proyecto tan importante para México no sea cuestionado y tenga claridad absoluta, por eso esperamos en la nueva licitación, que saldrá en unos días más, tal vez unas semanas, más participación de los fabricante de trenes”, comentó.
Fuente: http://eleconomista.com.mx/industrias/2014/11/07/descarrila-concesion-tren-rapido-queretaro
Otro ejemplo frustrado es el de Atenco 2006, solo que el costo social de éste fue altísimo y las secuelas se encadenan a lo que sucede ahora en Ayotzinapa. Sin embargo, no podemos caer en el error de pensar que es Enrique Peña Nieto el autor intelectual de estas coincidencias. En realidad es el sistema, pero es la sociedad quien ahora debe organizarse y exigir rendición de cuentas a quienes han avalado la firma de ciertos tratados y sobre todo la aprobación de las reformas estructurales.
Si bien es cierto que no podemos afirmar categóricamente que nos negamos a firmar tratados internacionales o que nos negamos a reformar estructuralmente al país, tampoco podemos caer en la vorágine globalizadora de vender nuestro territorio y el territorio de nuestras futuras generaciones por unos cuantos miles o millones pesos (revisemos la historia) que se quedaran en las arcas de las familias de gobernantes corruptos. Por lo tanto, tenemos que proponer, pero sobre todo exigir, tratados y reformas que velen por la comunidad y por el bienestar social, no por su detrimento.
Comprarnos la historia de que el crimen organizado es el enemigo del gobierno y éste a su vez intenta erradicarlo, es un falso dilema. El gobierno, o ciertos gobernantes, desde hace muchos años forman parte o han formado cuadros del crimen organizado. Cuadros que han servido para criminalizar a la sociedad y a las comunidades que se niegan a entregar sus tierras. Revisemos el ejemplo de desarrollos turísticos como el de Punta Mita, Nayarit; o la explotación en y de las mineras en el Norte, específicamente Sonora; o la construcción irracional de presas en varios estados del país, específicamente el de Guerrero; o el corredor de energía eólica en el Sur, entre muchos otros casos de desplazamientos forzados, producto de desarrollo de «megaproyectos» millonarios auspiciados por los gobiernos locales y federales. En todo caso, lo que nos tendríamos que preguntar es quién usa a quién: el gobierno al crimen organizado o viceversa.
Muchos son los temas que faltan por analizar para tener el rompecabezas completo (véase el tema de las prisiones), lo cierto es que la sociedad organizada y comprometida, a través de encontrar las coincidencias, puede encontrar también las respuestas, y quizá algún día lograr el bienestar social, reconstruir el tejido social y darle sepultura a los miles de desaparecidos.
P.D. estas reflexiones se dan después de conocer y escuchar la presentación de Martha Ojeda en Tijuana, noviembre 2014.
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