La frontera: confluencia de dos literaturas regionales *

El arte es entonces un redoblamiento de vida,

una especie de emulación en las sorpresas

que excitan nuestra conciencia

y la impide adormecerse.

Gastón Bachelard

La necesidad de preservar la tradición y establecer una continuidad entre pasado y presente, así como tender puentes entre comunidades literarias es lo que me impulsa a analizar y comparar dos formas de escritura convergentes que se debaten entre dos extremos: el primero consiste en “asignar a la literatura un campo y una función casi autónomos”, mientras que el segundo “integra por completo y sin matices lo literario a las demás actividades sociales”. Aunque ambos extremos son insostenibles por sí solos, el análisis intercultural que realizo en esta investigación es más cercano al segundo, pues en el caso de la escritura fronteriza existe una fuerte referencia al contexto histórico y social a partir del cual se constituye y evoluciona como literatura. Evidentemente, la literatura fronteriza cuenta con una estilística propia (tema central de este trabajo y que se estudiará en los capítulos posteriores) que la resguarda de ser “fetichizada” en el momento en que se aleja de “las realidades que le confieren todo su ser” (Kushner, 2003: 135). De tal suerte, para analizar la literatura de la frontera es indispensable considerar la relación que existe entre “textos literarios y espacios lingüísticos, geográficos y culturales”, pues esto permite un mayor acercamiento al “modo de sistematización” de cada escritura. Es decir, a partir del análisis de cada uno de estos “aspectos de lo literario” es posible desligar la literatura fronteriza de la historia de un país o de una comunidad en particular, como sucedió en Europa al comienzo del siglo XIX, donde la “sistematización histórica” estuvo motivada para “demostrar alguna doctrina fundamental o bien para fortalecer una conciencia nacional”. No obstante es importante tomar en cuenta, como se observará más adelante, que la literatura de la frontera es una literatura relativamente nueva, por lo que el proceso de identificación nacional apenas termina. En este sentido, otra variable que se debe considerar para elaborar el análisis intercultural es la diferencia entre “la motivación ostensible del proyecto y todo lo que le imprime su situación socio-histórica” (Kushner, 2003: 136-137).

La motivación ostensible del proyecto literario fronterizo se refiere a las características que la convierten, a pesar de sus dificultades, en una literatura atractiva para cualquier lector. Estas características consisten en “la búsqueda actual de las voces ‘desaparecidas’ del pasado: cultura popular, oralidad, escritoras mujeres, corrientes minoritarias sofocadas…” Así como a la ruptura de los marcos existentes que darán vida a expresiones nuevas que serán también transgredidas. En este punto es necesario distinguir la importancia que tiene la innovación en la producción literaria fronteriza y la inscripción de ésta en el sistema literario, pues si se considera que el sistema debe estar en un continuo movimiento, es necesario establecer un equilibrio entre el discurso social y los modelos descriptivos (Kushner, 2003: 139).

El equilibro entre el discurso social y los tópicos, entre realidad y ficción, está determinado “por el entendimiento global del discurso de una época en sus aspectos formales, pero también ideológicos y pragmáticos” (Kushner, 2003: 141). En este sentido, es necesario deconstruir símbolos, costumbres, tradiciones, como lo hacen los escritores fronterizos, y promover nuevos conceptos para construir un “espacio polifónico de confrontación ideológica” como el que se erige en la frontera México-Estados Unidos, donde la forma interdiscursiva de los textos literarios garantiza, de igual manera, un complejo sistema de estructuraciones y “la puesta en imagen de diferentes problemáticas sociales” (Cros, 2003: 168-167).

Si logramos adentrarnos en los complejos fenómenos bajo los cuales se fundan la literatura de la frontera norte de México y la literatura chicana del sur de Estados Unidos, encontraremos diferencias realmente considerables, no sólo en sentido estilístico, sino también, y, principalmente, en la conformación de su sistema literario regional y en la concepción de su realidad fronteriza. De tal forma, resulta necesario elaborar una distinción intercultural entre ambas literaturas liminales y posmodernas para: 1) definir las variables estilísticas y lingüísticas que me permitirán realizar el análisis comparativo, tomando como eje el espacio en el que se inscriben los textos pues en la escritura chicana predomina el espacio ideológico; mientras que en la escritura fronteriza el espacio urbano. 2) afirmar que no se puede hablar de literatura fronteriza en general, como algunos críticos lo han hecho, pues eso implicaría desmerecer, o invalidar, la labor de alguna de las partes.

Las variables que voy a considerar para analizar la escritura chicana son aquéllas que se relacionan con la construcción del sujeto chicano y con los procesos psicosociales y lingüísticos que repercuten en la forma como se representan ante el otro. Una representación que incluso llega a ser teatral pues el sujeto chicano tiene la particularidad de ser concebido a través del insulto, de la violencia, de la opresión y de la dominación cultural. Mientras que, como se ha visto, el sujeto transfronterizo no incurre en procesos de formación identitaria tan complejos, por lo que las variables a analizar en la escritura fronteriza se refieren principalmente al fenómeno urbano, las características del espacio liminal, la reconfiguración social de la mujer y la materialidad de su cuerpo como agente activo de la economía.

Otra variable que analizaré es la utilización de un lenguaje particular que se constituye a partir de la hibridación de dos culturas, de dos idiomas, que se conoce como spanglish, lenguaje institucionalizado por los sujetos liminales, chicanos y transfronterizos para representar una realidad propia con referentes simbólicos particulares. El spanglish, en este sentido, es una de las variables que comparten ambas escrituras liminales y que ejemplifica el pensamiento posmoderno y la dualidad fronteriza en la que incurren estas comunidades. Finalmente, también abordaré la naturaleza del sujeto en el análisis literario fronterizo, pues al considerar la construcción del sujeto en ambos lados de la frontera como un elemento indispensable para entender la conformación cultural y artística de la frontera, también es indispensable entender cómo los sujetos, llámense autores, actantes, narradores, configuran y participan en los textos literarios. Esta perspectiva es meramente contextual, por lo que se debe considerar “la tematización literaria de lo que hemos llamado las instancias correlativas al sujeto, a saber, la subjetividad, el inconsciente, el yo, la interioridad y la identidad” (Krysinski, 2006: 283).

_________________________

*Inicio del capítulo 2 («La frontera: confluencia de dos literaturas regionales») de mi tesis doctoral titulada «Alegoría de la frontera México-Estados Unidos. Análisis comparativo de dos escrituras colindantes», presentada en julio de 2008, en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Una respuesta a “La frontera: confluencia de dos literaturas regionales *”

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